Tratamientos efectivos para la recuperación total de rodilla
La rodilla es una de las articulaciones más complejas y esenciales del cuerpo. Lesiones reumatológicas como la artritis, la osteoartritis o problemas de meniscos pueden limitar severamente la movilidad y causar dolor crónico. En nuestra clínica ofrecemos programas de rehabilitación personalizados, diseñados para mejorar la fuerza, flexibilidad y función articular.
¿Qué Enfermedades Puede Sufrir La Rodilla?
Osteoartritis
Es una enfermedad autoinmune que puede afectar las articulaciones, incluida la cadera, causando dolor y daño articular progresivo.
Lesiones Meniscales
Los meniscos son más susceptibles al desgaste con la edad. Pueden desarrollar desgarros degenerativos debido al uso prolongado y al debilitamiento del tejido con el tiempo.
Bursitis
La bursitis en la rodilla puede ser más común en personas mayores debido a la presión prolongada sobre las bolsas sinoviales (bursas) que amortiguan las articulaciones.
Tendinitis y tendinopatías
Tendones alrededor de la rodilla pueden volverse más propensos a la inflamación y a las lesiones con el envejecimiento, especialmente si hay historia de uso excesivo o movimientos repetitivos a lo largo de la vida.
Inestabilidad Articular
Con el tiempo, los ligamentos y estructuras que proporcionan estabilidad a la rodilla pueden debilitarse, lo que aumenta el riesgo de subluxaciones o luxaciones parciales de la rótula o inestabilidad general de la articulación.
Artrosis post-traumática
Las lesiones traumáticas previas, como fracturas o luxaciones, pueden predisponer a la rodilla a desarrollar artrosis en etapas posteriores de la vida.
Cuidado Reumatológico de Vanguardia para una Vida Plena y Sin Dolor
Preguntas frecuentes
Tratamientos avanzados en la rehabilitación de rodilla
La artritis reumatoide causa inflación en la articulación de la rodilla, lo que puede provocar dolor, rigidez y daño en el cartílago con el tiempo, afectando la movilidad.
Dolor, hinchazón, rigidez, crujidos al mover la rodilla y dificultad para caminar o subir escaleras son síntomas comunes.
Los tratamientos incluyen fisioterapia, medicamentos antiinflamatorios, inyecciones de corticosteroides, y en caso avanzado, cirugías o prótesis.
Si el dolor es persistente, interfiere con tus actividades diarias o la rodilla se siente inestable, es importante buscar atención médica especializada.
La rehabilitación fortalece los músculos, mejora la movilidad y reduce el dolor, ayudando a los pacientes a recuperar la función de la rodilla y evitar cirugías.